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Nuestro autor habla:
REACCIONES MACHISTAS DEL PÚBLICO DE LA ESPAÑA PROFUNDA DEL SIGLO XXI EN UNA REPRESENTACIÓN TEATRAL
Por Carlos Etxeba
Los actores de teatro que viajan tanto por la España profunda conocen mucho mejor que los políticos la verdadera situación de la cultura española. El machismo español reinante es tan manifiesto que sorprende el estado de inconsciencia que reina en la clase política nacional. Una cosa es el público que se congrega para ver teatro en las capitales de provincias o en sus ciudades más importantes y otra cosa muy distinta el público que se congrega en espectáculos gratuitos teatrales organizados por los Ayuntamientos provinciales que demuestra claramente e instintivamente el nivel de formación cultural que ha ido adquiriendo a lo largo de sus años escolares.
El machismo reinante en la España profunda es de una sobrecogedora importancia.
No sólo hay hombres machistas. Esta epidemia se ha contagiado también a las mujeres españolas y hay un gran número de mujeres machistas que comulgan con las ideas dominantes de los hombres machistas, colocándose encima del cerebro un burca mental denigrante, alardeando de sumisión total a todos los mandatos perentorios, aunque sean injustos, de los hombres.
Esta situación es tanto más preocupante, cuanto se están multiplicando los asesinatos de mujeres que están regando de sangre inocente el suelo de todas las provincias españolas
Rita Cebrián es una magnífica actriz española, dedicada en cuerpo y alma a la interpretación teatral, después .de haberse formado concienzudamente en este difícil arte. Pertenece al grupo teatral LO MASCRUDO TEATRO y está dirigida por el magnífico director Sepu Sepúlveda. Los dos decidieron llevar a escena un monólogo mío titulado UNA ALCLADESA FEMINISTA, porque en él se exaltaban todos los valores que pueden enardecer a las mujeres contra la tiranía de muchos hombres descerebrados machistas, capaces de atormentar y negar la vida despiadadamente a mujeres indefensas y desesperadas.
Llevaron la representación por los siguientes festivales de teatro de España con grandes aplausos por parte del público que supo admirar el talento interpretativo de la actriz: Muestra de Teatro de Alcobendas de Madrid, Festival de Teatro de Conil de la Frontera en Cádiz, otras dos actuaciones en la Sala Plot Ploint de Madrid, X Muestra Nacional de Teatro Ciudad de la Seca de Valladolid y en el I Certamen Internacional de Teatro de calle Noctivagos de Oropesa en Toledo.
En esta última actuación comprobaron un hecho muy curioso. En todas las anteriores actuaciones el público entendió la teatralidad e idiosincrasia del personaje de la alcaldesa feminista, no así en esa localidad.
Los actores en el escenario a pesar de aparentar estar transfigurados en cuerpo y alma por la interpretación teatral, tienen una sensibilidad especial para darse cuenta de las más mínimas reacciones sicológicas que provocan sus palabras o gestos en el auditorio.
Saben perfectamente la importancia que tienen los diferentes matices que se pueden dar a una palabra o a una frase tanto en la pronunciación como en la gesticulación concomitante para conseguir el efecto apetecido.
En esta representación el auditorio se estaba comportando de una forma extraña. Al parecer no sabían distinguir entre el personaje de ficción de la Alcaldesa Feminista que estaba actuando y el personaje real de una mujer de carne y hueso que hablaba desde el escenario. Es decir, ignoraban supinamente que detrás de la Alcaldesa Feminista se escondía un autor que hablaba y gesticulaba por ella y que había urdido con toda precisión el engarce sicológico o carga sentimental que amontonaban sus palabras-
Esto se llama en español ignorancia o incultura teatral como la copa de un pino o como las copas de todo un monte sembrado de pinos.
Esos espectadores no podían comprender la dualidad que se produce en el discurso interpretativo de todos los escenarios del mundo. He aquí los comentarios machistas que hacían conforme se iba desarrollando la acción.
Una señora mayor machista comentaba en voz alta que era natural que los hombres llamasen mamona e hija de puta a una alcaldesa que hablaba tan mal de los hombres maltratadores de mujeres.
Un señor machista ordenaba a la actriz en voz alta que se callase por anunciar represalias contra los maltratadores de mujeres indefensas.
Otros espectadores comentaban en voz alta que la actriz no iba a salir bien parada de la representación ante la actitud de los hombres de la región que la estaban escuchando.
En este ambiente se fue desarrollando la acción. Una parte del público defendía públicamente las ideas de los maltratadores de mujeres indefensas. Es preocupante esta insensibilidad reinante en zonas rurales de una España que sufre del goteo constante de asesinatos de mujeres sometidas contra su voluntad al martirio de la incomprensión e indefensión.
